Dos de cada tres mammas italianas no pudieron reprimir las lágrimas y rompieron a llorar ante la televisión al ver en la noche del miércoles la dramática caída de Ronaldo en el terreno de juego del estadio Olímpico de Roma, según una encuesta realizada por una televisión lombarda.
La cara de dolor de Ronaldo, cuando su rodilla derecha volvió a traicionarlo durante el partido del Inter de Milán contra el Lazio, fue un presagio de la pesadilla que está padeciendo el jugador brasileño. Ayer, tras la operación a la que fue sometido en París, se confirmó que no reaparecerá hasta dentro de siete u ocho meses, probablemente, hasta enero del 2001.
El calvario del futbolista -para quien la mala suerte parece haberse convertido efectivamente en una maldición- acaparó ayer la atención de todos los italianos, hinchas y menos hinchas, aún conmocionados por lo ocurrido en el partido de ida de la final de la Copa.
La página web del Inter se atascó por la cantidad de usuarios, tifosi del club, que trataron de conectarse para tener noticias de su ídolo. Incluso, el equipo rival de la ciudad, el Milan, dedicó la primera página de su web al astro brasileño. El propio presidente del Milan, Silvio Berlusconi, confesó haberse quedado «conmocionado» por el amargo momento. «Es una cosa que no debería suceder. Algo que lamentamos todos, y no sólo quienes nos ocupamos de fútbol».
En la tarde de ayer, un Ronaldo pálido, exhausto, nervioso, entraba nuevamente en el quirófano de traumatología del hospital parisino de la Pitié Salpêtrière, para ser operado por el prestigioso doctor Gérard Saillant (que ha atendido a deportistas como Clay Regazzoni y Michael Schumacher) de la misma rodilla en la que sufrió su lesión en noviembre de 1999. La misma de la que fue operado por primera vez en 1996. Dos horas después de ingresar en el quirófano, el jefe de prensa del Inter, Sandro Sabatini, precisó que la operación «salió perfectamente».
El mismo portavoz añadió: «Se prevé un programa de siete a ocho meses de rehabilitación y la vuelta a la competición no está prevista para antes de fin de año».
«Es un tipo de lesión más frecuente en jugadores de baloncesto, más habituados a saltar. Es más fácil recuperar una lesión de rodilla como ésta que una lesión de tobillo», comentó el doctor Saillant tras la operación.
Ronaldo permanecerá en la clínica unos siete días. Allí le acompañan su madre, Sonia, uno de sus hermanos, y numerosos amigos a los que se sumará el seleccionador brasileño, Wanderley Luxemburgo, que ayer partió hacia París. La operación duró unas dos horas y media. Su mujer, Milena, que dio a luz hace una semana, no pudo viajar.
Ante la presencia de docenas de periodistas y fotógrafos en el hospital y los rumores de que la vida deportiva de Ronaldo había llegado a su fin que rápidamente se difundieron en el mundo del fútbol internacional, especialmente en Brasil, el jefe de prensa del Inter aseguró: «Ronaldo volverá a jugar».
Según el portavoz personal de prensa del delantero, Rodrigo Pavia, Ronaldo, que fue trasladado desde Milán en el avión privado del presidente del Inter, Massimo Moratti, pudo descansar antes de ser operado, y por ello se encontraba más tranquilo. El crack le dijo al cirujano sonriente «no es grave, no se preocupe», en un intento de desdramatizar la situación.
En las vallas del centro hospitalario, algunos de sus admiradores dejaron una pancarta naranja que decía «Ronaldo, corage», cartel que hizo que varias personas se bajaran de los autobuses en los que viajaban para interesarse por la suerte del jugador.
La cara de dolor de Ronaldo, cuando su rodilla derecha volvió a traicionarlo durante el partido del Inter de Milán contra el Lazio, fue un presagio de la pesadilla que está padeciendo el jugador brasileño. Ayer, tras la operación a la que fue sometido en París, se confirmó que no reaparecerá hasta dentro de siete u ocho meses, probablemente, hasta enero del 2001.
El calvario del futbolista -para quien la mala suerte parece haberse convertido efectivamente en una maldición- acaparó ayer la atención de todos los italianos, hinchas y menos hinchas, aún conmocionados por lo ocurrido en el partido de ida de la final de la Copa.
La página web del Inter se atascó por la cantidad de usuarios, tifosi del club, que trataron de conectarse para tener noticias de su ídolo. Incluso, el equipo rival de la ciudad, el Milan, dedicó la primera página de su web al astro brasileño. El propio presidente del Milan, Silvio Berlusconi, confesó haberse quedado «conmocionado» por el amargo momento. «Es una cosa que no debería suceder. Algo que lamentamos todos, y no sólo quienes nos ocupamos de fútbol».
En la tarde de ayer, un Ronaldo pálido, exhausto, nervioso, entraba nuevamente en el quirófano de traumatología del hospital parisino de la Pitié Salpêtrière, para ser operado por el prestigioso doctor Gérard Saillant (que ha atendido a deportistas como Clay Regazzoni y Michael Schumacher) de la misma rodilla en la que sufrió su lesión en noviembre de 1999. La misma de la que fue operado por primera vez en 1996. Dos horas después de ingresar en el quirófano, el jefe de prensa del Inter, Sandro Sabatini, precisó que la operación «salió perfectamente».
El mismo portavoz añadió: «Se prevé un programa de siete a ocho meses de rehabilitación y la vuelta a la competición no está prevista para antes de fin de año».
«Es un tipo de lesión más frecuente en jugadores de baloncesto, más habituados a saltar. Es más fácil recuperar una lesión de rodilla como ésta que una lesión de tobillo», comentó el doctor Saillant tras la operación.
Ronaldo permanecerá en la clínica unos siete días. Allí le acompañan su madre, Sonia, uno de sus hermanos, y numerosos amigos a los que se sumará el seleccionador brasileño, Wanderley Luxemburgo, que ayer partió hacia París. La operación duró unas dos horas y media. Su mujer, Milena, que dio a luz hace una semana, no pudo viajar.
Ante la presencia de docenas de periodistas y fotógrafos en el hospital y los rumores de que la vida deportiva de Ronaldo había llegado a su fin que rápidamente se difundieron en el mundo del fútbol internacional, especialmente en Brasil, el jefe de prensa del Inter aseguró: «Ronaldo volverá a jugar».
Según el portavoz personal de prensa del delantero, Rodrigo Pavia, Ronaldo, que fue trasladado desde Milán en el avión privado del presidente del Inter, Massimo Moratti, pudo descansar antes de ser operado, y por ello se encontraba más tranquilo. El crack le dijo al cirujano sonriente «no es grave, no se preocupe», en un intento de desdramatizar la situación.
En las vallas del centro hospitalario, algunos de sus admiradores dejaron una pancarta naranja que decía «Ronaldo, corage», cartel que hizo que varias personas se bajaran de los autobuses en los que viajaban para interesarse por la suerte del jugador.
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